De manera alineada con los compromisos internacionales de ONUSIDA de cero discriminación, en España se puso en marcha el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato asociada al VIH y desde entonces hemos avanzado en la protección de los derechos de las personas con el VIH frente a la discriminación

El 1 de marzo, Día de la Cero Discriminación, celebramos el derecho de todos a vivir una vida plena y productiva, y a vivirla con dignidad. El Día para la Cero Discriminación pone de relieve cómo las personas pueden informarse y promover la inclusión, la compasión, la paz y, sobre todo, un movimiento para el cambio. El Día para la Cero Discriminación está ayudando a crear un movimiento mundial de solidaridad para acabar con todas las formas de discriminación.

Este año se celebra el décimo aniversario del Día para la Cero Discriminación y el lema es «Para proteger la salud de todas las personas, hay que proteger los derechos de cada una».

El Día de la Cero Discriminación fue establecido por ONUSIDA hace diez años para promover la igualdad y la equidad para todas las personas, independientemente del género, la edad, la sexualidad, el origen étnico o el estado serológico respecto al VIH. Sin embargo, los avances están en peligro.

De manera alineada con los compromisos internacionales de ONUSIDA de cero discriminación, en España se puso en marcha el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato asociada al VIH y desde entonces hemos avanzado en la protección de los derechos de las personas con el VIH frente a la discriminación.

La eliminación del criterio que excluía a las personas con infección por el VIH, de manera genérica, de la posibilidad de acceder a la función pública, supuso un importante avance en el reconocimiento de los derechos laborales de todas las personas con esta infección. Además, el Acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de noviembre de 2018 ha supuesto un precedente para modificar otras referencias normativas existentes en España que limitan el acceso de las personas con el VIH a determinadas ocupaciones, como la próxima reforma del Real Decreto 2487/1998 para que las personas con el VIH puedan acceder al puesto de vigilante en la seguridad privada.

El compromiso adquirido en el Pacto Social, supone seguir velando por la no discriminación y continuar generando cambios sociales, políticos y legislativos con el fin de mejorar la vida de las personas con el VIH.

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